jueves, 25 de abril de 2013

I Congreso Internacional de ACC

Durante los días 22 al 24 de abril ha tenido lugar en Santiago el I Congreso Internacional de Acogida Cristiana y Nueva Evangelización en el Camino de Santiago. Previamente, desde el viernes 19 al domingo 21, se había celebrado allí mismo un curso de formación de hospitaleros cristianos.

El Congreso ha sido un éxito por la relevancia de los intervinientes y participantes. Siete obispos, entre ellos el Obispo de Le Puy, presidente de la Comisión francesa para el Camino de Santiago, y el presidente de la Comisión de Pastoral de la CEE, Mons. Taltavull. Representantes del Pontificio Consejo para las Migraciones, de la Archicofradía del Apóstol, de asociaciones jacobeas cristianas de Inglaterra, Alemania, Bélgica, Estados Unidos..., los delegados del Camino de diversas diócesis españolas, y diversas comunidades y órdenes implicadas en la acogida cristiana: benedictinas de León, agustinas de Becerril, benedictinos de Samos, reparadores de Puente la Reina, franciscanos menores, agustinos, legionarios de Cristo, etc. Y, cómo no, los miembros de la Oficina de atención al peregrino, que han soportado la mayor parte del peso de la organización.

Nos felicitamos por esta realización, que contribuirá a remarcar el sentido cristiano de la peregrinación jacobea.

Puede verse un reportaje más extenso en el blog de la Oficina de atención al Peregrino:
http://www.oficinadelperegrino.org/2013/04/encuentro-anual-de-acc-acogida.html
http://www.oficinadelperegrino.org/2013/04/inaugrado-el-i-congreso-de-acogida.html
http://www.oficinadelperegrino.org/2013/04/el-arzobispo-de-valencia-en-el-congreso.html
http://www.oficinadelperegrino.org/2013/04/segunda-jornada-del-i-congreso.html
http://www.oficinadelperegrino.org/2013/04/clausurado-ayer-el-i-congreso.html

3 comentarios:

camaro dijo...

Hace apenas una semana finalizó el II Congreso de Acogida Cristiana en el Camino; noticias oficiales se han centrado apenas en la inauguración del mismo por Monseñor Barrio y, sobre todo, en la presentación de la nueva (dichosa) Compostela, y en el certificado de distancia, ambos dignos de alabar por su nuevo diseño, y, en el caso del certificado, por lo que puede suponer como elemento para terminar con los machacones (y machacantes para el pobre Camino) 100km, pues a partir de ahora cualquier “peregrino” motivado por la titulitis, obtendrá su diploma independientemente de la distancia recorrida.

Pero escribo esto para contar lo no dicho, y no lo que los medios oficiales ya han reiterado. Efectivamente, poco a poco se congregan más instituciones entorno a este movimiento de acogida cristiana: representantes de las diversas diócesis del Camino Francés y también de Zamora, como testigo de la Vía de la Plata; las asociaciones de Astorga y la AGACS como miembros nacionales junto con la Federación Española, y peregrinos de asociaciones y cofradías de Japón, Gran Bretaña, Luxemburgo, Francia…

Creo que la importancia del encuentro viene dada por el foro de diálogo que se plantea entre estamentos religiosos y asociativos jacobeos (y la sempiterna presencia del Gobierno Gallego), necesario, por tarde que parezca llegar, si, efectivamente, vamos todos en el mismo Camino. Foro en el que hay que trabajar todavía mucho: soltar viejos miedos, evitar la autocomplacencia, y hacer crítica constructiva. Pero al menos se están dando pasos en ese sentido.(continua)

camaro dijo...

Nos acercamos al medio siglo de la resurrección jacobea, allá en O Cebreiro de manos de Don Elías Valiña (curiosamente, o no tanto, su determinante figura era desconocida incluso para muchos presentes, ya que se trata de personas que llevan pocos años en este mundillo) y la negada (por los políticamente correctos) desconfianza entre movimiento jacobeo e instituciones oficiales de la Iglesia…y el Estado…que queda patente en aseveraciones como las del Sr. Marzoa (Presidente de la Cofradía del Apóstol de Luxemburgo) quien reconoció que, a la hora de organizar a los peregrinos en su país, el difunto D. Jenaro Cebrián le dijo que “se olvidara de las Asociaciones y fundara una Cofradía”. Afortunadamente los cimientos para superar esto se están poniendo, más vale tarde que nunca, y depositamos esta esperanza en el nuevo Deán de la Catedral Compostelana, D. Segundo Pérez.

Clara, valiente y con fundamentos la intervención de la Presidenta de la Sociedad Francesa, Sra. Rucquoi, que denunció la casi nula colaboración de la administración eclesiástica francesa, salvo contadas diócesis a iniciativa personal de sus sacerdotes, y el avance preocupante de una secularización malentendida que pretende vaciar de contenido cristiano el Camino, llegando incluso algunas asociaciones francesas a eliminar de su denominación el nombre de Santiago, lo que devalúa su sentido hacia el mundo del senderismo, que no es lo mismo que peregrinación. Esto mismo ocurre en toda Europa, y España no es ajena, en mayor o menor medida, entre otras cosas por el desconocimiento. Lo más básico y sencillo, la figura de Santiago y el origen de su Camino, están faltos de una didáctica que, acertadamente expusieron D. Miguel Angel González y la proyección del corto “El Pórtico de la Gloria, síntesis de Fe y medio de Evangelización”.

Ejemplo también de brazos abiertos y crítica positiva fue Monseñor Omella, Obispo de Calahorra-La Calzada-Logroño, que reconoció el alejamiento y suspicacia con la que la jerarquía eclesiástica ha tratado el Camino y a los peregrinos, algo consustancia a todo movimiento de religiosidad popular, y animaba a los sacerdotes, siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, a salir de sus Iglesias y acudir a los albergues a predicar con el ejemplo, que es el mejor de los Evangelios.

Ejemplos de acogida cristiana como el de Fr. Paco Castro, Guardián del Convento de S. Francisco en Santiago, la vigilia de oración en la Catedral, que tuvimos la oportunidad de conocer, o interesantes disertaciones e iniciativas internacionales como la del Sr. Monsone en Hungría, demuestran que hay movimientos muy positivos de acercamiento al peregrino.

Como en todo congreso también hubo ratos para dormir la siesta ante conferenciantes que poco menos “venían a hablar de su libro” sin tan siquiera enlazar sus ponencias con lo jacobeo, pero eso es “normal” en este tipo de eventos. (continua)

camaro dijo...

Escuchar a los otros, sin prejuicios, siempre enriquece. Algunas ponencias brillaron por si mismas y otras habrán de ser digeridas en su lectura; la Madre Prado, OSA, por ejemplo, en su profunda disertación, si dejó claro unos elementos esenciales para todo peregrino: que sin meta no hay peregrinación, que puede haber urgencia en llegar pero siempre debemos tener un objetivo.

La Federación, en la persona de su Presidenta Mª Ángeles González, ocupó uno de los momentos más in-tensos: se reivindicó el trabajo de más de 25 años de Hospitaleros Voluntarios, siguiendo un ideario de acogida de índole cristiana, pues es la única posible cuando hablamos de hospitalidad, y las piedras del Camino durante ese tiempo puestos por los otros dos estamentos en juego, Iglesia-Estado. Monseñor Juan del Rio clausuró el congreso, incidiendo en ese mismo fondo de unión, en ese areópago que es el Camino de Santiago.

Como socio que soy de una entidad jacobea, apostillo (que me disculpen el atrevimiento) lo dicho por los representantes de las asociaciones: jamás ha existido enfrentamiento entre Iglesia y peregrinos, pues estos forman parte de aquella, pero si desencuentro entre Arzobispados del Camino (en especial con el de Santiago…que hasta el mismo Valiña sufrió) y movimiento jacobeo, y por supuesto enfrentamiento abierto con la Administración Pública que pretende vender una imagen idílica demasiadas veces, mientras manipula y destruye a su antojo al Camino y su esencia. El movimiento de acogida cristiana en el Camino se entiende ante el peligro ya señalado del vaciamiento que, desde algunas bases pseudo- jacobeas, se está acometiendo de la peregrinación, pero en ambos lados (eclesiástico y asociativo) hay intransigencia y manipulación, y el sentir peregrino quiere que se entiendan y se unan, se liberen de pesos innecesarios, pues son complementarias y no enfrentadas, y el equilibrio vital para el Camino.

Tenemos esperanza: cuando hablamos en los almuerzos, en las visitas culturales, con religiosas ilusionadas con la acogida que prestan, con hospitaleros que viven su Fe en armonía con credos y descreídos, con gente ilusionada por el Camino y deseosos de trabajar por él. En nuestras manos está consolidar el legado, traspasarlo sin pervertir su esencia, y dejar un poso de hermandad y colaboración entre todos. (

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