jueves, 31 de diciembre de 2009

Después del Camino

Esto también me lo enseñó un peregrino:

Has tenido oportunidad de hacer al Camino, “la Universidad de los Valores Humanos”. Has sido un privilegiado por acudir y por haber comprendido sus enseñanzas. ¿Qué te queda después?
Es posible que sólo nostalgia. No está mal, pero se pasa más o menos pronto.

Lo que en mi opinión debe quedarte de esa experiencia es trasladar a tu vida aquello que has aprendido en “la Universidad”. Debes trabajar, insistir, perfeccionar y ampliar esos valores que has vivido y que te han hecho sentirte tan a gusto, tan pleno. Eso es “seguir caminando”:

- Aprender a ir ligero de equipaje: sin apegos, sin culpas ni complejos, sin ambiciones inútiles.
- Conocerte un poco mejor cada día y quererte más.
- Ver al otro como a tu hermano y no como a tu rival o enemigo. Aprender a querer a los demás.
- Descubrir un nuevo sentido a la amistad. 
- Compartir, ser generoso incluso con quien parece no necesitarlo.
- Valorar las cosas y no derrocharlas.
- Ser austero en la comida y en las comodidades para poder apreciarlas.
- Esforzarte en conseguir tus metas, nada es gratis.
- No rendirte en la mejora personal a pesar de los errores.

Creo que es bastante lo que ha quedado si lo cultivas y no lo dejas marchitar.


¡Genial!

Yo sólo añadiría: si has escuchado la voz de Dios en el Camino, no te vayas a hacer el sordo ahora. Te merece la pena seguir prestándole atención.

Ver también: El regreso a casa