¡La gran familia de la Iglesia! Especialmente entrañable encontrarnos con la Hospitalidad de Segorbe-Castellón y su obispo, nuestro querido don Casimiro. Y echar de menos a Don Gregorio que, estamos seguros, va a presidir nuestra peregrinación en los años próximos.
Ahora es el tiempo de madurar y vivir todo aquello que Lourdes ha sembrado en nuestros corazones.
¡Gracias Madre!
¡Hasta el año que viene!
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